Discurso de la presidenta nacional del Colegio de Periodistas de Chile, Rocío Alorda, en el acto conmemorativo del asesinato del periodista José Carrasco Tapia.

Cada primer sábado de septiembre nos encontramos en este lugar para rendir honor a nuestro querido Pepe Carrasco. En un rito solemne de nuestro Colegio, escuchamos las palabras de sus amigos, amigas, colegas y familiares y recordamos la herida generada por la violencia impune de la dictadura.

Después de 37 años, Pepone se ha transformado para nosotras y nosotros en un guía presente, un modelo, un maestro cariñoso que en su andar nos dejó muchas lecciones de vida.

Gracias a los relatos de sus colegas, las nuevas generaciones hemos logrado construir un imaginario del Pepone, un ser humano íntegro, comprometido con la justicia social, con la educación popular, un periodista de 24 horas, un compañero generoso y excepcional.

En nuestro colegio Pepe habita en cada recuerdo. Aún sale en las conversaciones que tenemos con los dirigentes históricos y quienes no pudimos conocerlo, oír su voz, sentir sus abrazos, hemos escuchamos sus discursos, leídos sus textos una y otra vez, buscando ahí una luz entre tantas tinieblas.

Sin embargo, el dolor ni la impunidad nos puede arrebatar el gran aprendizaje que hemos tenido con la vida de Pepe: luchar por la defensa de la democracia y los derechos humanos, luchar por la dignidad de las personas. Y esa lección la hemos tomado desde nuestro colegio y se ha inspirado además en la vida de tantos hombres y mujeres colegas asesinados por la dictadura que hoy queremos rendirles un homenaje.

Esta calle, hoy renombrada “periodista Pepe Carrasco” gracias al apoyo de la municipalidad de Huechuraba, su alcalde y su consejo municipal, tiene que convertirse en un sitio de memoria de todos aquellos periodistas y trabajadores de las comunicaciones que fueron asesinados y hechos desaparecer por la dictadura.

No descansaremos hasta lograr un memorial que le recuerde al país que en Chile exigieron mujeres y hombres que fueron perseguidos y asesinados por defender la libertad de expresión y de prensa.

Estamos pronto a avanzar en este compromiso gracias a la voluntad del ministerio de bienes nacionales – quien hoy es dirigido por una periodista y ex vicepresidenta de nuestro colegio, la colega Marcela Sandoval, – para así ir avanzando en ese anhelo de tantos años.

Y en estos meses hemos querido homenajear la vida de muchos colegas. Ayer en Chillán en un acto sin precedentes realizado por nuestro consejo regional de Ñuble a cargo de su presidenta Luz Gabriela Vega, quien nos acompaña, rindió homenaje a los periodistas José Tohá y Ricardo Troncoso, y les entregaron sus credenciales de prensa a sus familiares. Lo mismo hicimos ayer en Valparaíso con la entrega de la credencial de prensa a la hermana de nuestro querido colega Mario Calderón, quien también hoy nos acompaña. José, Ricardo y Mario se han convertido en figuras claves para las nuevas generaciones de periodistas.

Sin embargo hoy, a 50 años del golpe de estado, nuestro rol debe ir más allá que rendir homenaje a nuestros colegas. Hoy más que nunca debemos exigir verdad, justicia y reparación para sus familias que hoy nos acompañan, como un gesto fundamental para avanzar al futuro. Es imposible sanar nuestras heridas y pensar un futuro sin justicia.

Y dentro de esas acciones reparadoras debemos exigir que los medios de comunicación asuman su responsabilidad en el proceso desestabilizador del gobierno de salvador allende y su complicidad en los casos de montaje de la dictadura.

A 50 años del Golpe de Estado que destruyó la vida de millones de chilenas y chilenos, se requiere una reflexión profunda como país sobre cuál fue el rol de los medios de comunicación en la dictadura, pero también la exigencia de justicia y perdón.

La dictadura militar se sostuvo por casi dos décadas porque, entre otros factores, un sector de la prensa nacional omitió su compromiso con la información pública y la transparencia, acogiéndose a las mentiras y directrices del régimen.

A medio siglo del fatídico 11 de septiembre de 1973, los medios de comunicación que avalaron la dictadura, esa misma prensa que publicó los horribles montajes como el de los 119 y Rinconada Maipú, ese mismo duopolio que sobrevivió por la ayuda monetaria de la dictadura…..debe pedir perdón!!

Debe hacerlo como una ofrenda necesaria para que el Nunca Más no sea una simple consigna sino que un acción clara de compromiso con la democracia y la verdad.

Desde el Colegio de Periodistas de Chile nuestro compromiso es por la defensa de los derechos humanos, por mantener viva la memoria de nuestros colegas mártires y por defender la democracia.

En estas décadas, y con la recuperación de la democracia, heredamos un entorno mediático complejo donde la labor de los periodistas tampoco ha sido fácil. Salimos de la dictadura con más medios de comunicación que los que tenemos actualmente, ya que en democracia fueron terminando los medios de resistencia con el fin de la cooperación internacional y la ausencia de políticas para el desarrollo de medios de comunicación.

En más de 30 años, los gobiernos de la transición no tuvieron voluntad política para avanzar en políticas de comunicación que pudieran hacerse cargo de la alta concentración de la propiedad mediática que solo ha beneficiado al oligopolio de la prensa y los grandes consorcios informativos.

Seguir informando tampoco se ha convertido en una labor fácil.

Hemos conocido los grandes casos de corrupción de Carabineros y del Ejército gracias a periodistas que no han claudicado en el ejercicio de investigar, pero que sin embargo, han sido perseguidos e incluso espiados.

Las agresiones a la prensa de parte de agentes del Estado se intensificaron con el aumento de la protesta social y el tema de la libertad de prensa ha vuelto a ser un ámbito de preocupación.

Por eso, el año pasado apoyamos el ingreso en el congreso de un proyecto de ley de protección a periodistas y trabajadores de las comunicaciones, elaborado por nuestra diputada Nathalie Castillo, ex presidenta del Colegio de Periodistas de Chile, porque el Estado de Chile debe garantizar la acción de la prensa en todo momento.

Para un país que tiene a periodistas víctimas de la violencia estatal la libertad de prensa debe ser un valor irrestricto para avanzar en el camino de la democracia.

Este proyecto de ley avanza rápido en el congreso gracias al apoyo del ejecutivo, y de ser ley, Chile será el primer país del mundo en contar con un estatuto de protección a la labor informativa.

Por todo eso y mucho más, no nos cansamos de decir que .. Llevamos en nuestro andar los rostros de Pepe, de Mario, de Diana, de Maximo, de Augusto, de Arcadia, de Guillermo, de Jaime y muchos más, con quienes caminamos el presente y el futuro.

Sin ellos y ellas nuestra historia como periodista es un andar sin horizontes.

Verdad, justicia, reparación y no a la repetición.

Muchas gracias.