Como todos los que han luchado por un mundo mejor, Pepe no será olvidado. Sus restos serán sepultados en su tierra natal, La Serena.

Página 19. Si cualquiera de las nuevas generaciones de profesionales y dirigentes del Colegio de Periodistas de Chile entra a las oficinas del Consejo Nacional de la Orden, encontrará  al lado derecho de la presidencia un mural que da cuenta de lo que significa ser periodista de ayer y hoy.  Las caricaturas pertenecen a Pepe Gai, un periodista de la “vieja guardia”, comprometido a más no poder con la lucha por recuperar la democracia en los tiempos más difíciles y siniestros de la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet Ugarte.

Esas mismas caricaturas reflejan creativamente la multiplicidad de tareas que el gremio debe hacer para subsistir. En un tono irónico y sarcástico, Pepe da cuenta que este oficio está hecho de esfuerzo y constancia. Y más aún, está hecho de un profundo amor a la verdad, la trasparencia y la justicia.

Además de periodista, Pepe también fue un muy buen escritor y un mordaz colega para ilustrar la contingencia del ayer y de hoy. En la época dura del régimen militar, trabajó simultáneamente en revista Cauce y en Las Ultimas Noticias, por cierto, ocultando en el diario mercurial su aporte a una de las revistas opositoras a la dictadura. Hasta el día de ayer, se podía ver su ilustración en el Diario El Día de la Serena donde laboró por más de 20 años.

Erasmo López ex compañero de curso de Pepe Gai  y actual dirigente del Consejo Metropolitano de Colegio de Periodistas compartió la triste noticia a través de las redes sociales.

“Esta mañana, pasadas las 09.30 horas,  llamé a Nella Gai, hermana de Pepe. No me contestó y eso me puso en alerta. Minutos después me llamó y me dio la noticia: Erasmo, Pepe se nos fue a las 4 de la madrugada… Murió tranquilo, sereno, sin dolor… Se fue apagando en el sopor….”

Erasmo agrega que Pepe Gai falleció a consecuencia de un mieloma, un cáncer muy agresivo, que en esta oportunidad no pudo superar como lo había hecho exitosamente años antes. “Obviamente me embargó la pena, la frustración y esa rara sensación de vacío que dejan los seres queridos que no verás más y con quienes no interactuarás más”.

Y añade: “Con pena y dolor les cuento que tuve el raro privilegio, si es que se puede calificar así, de haber sido el único amigo, colega y camarada que lo despidió, junto a no más de  cuatro o cinco familiares, en el minuto triste y final. Ese en que la urna que contenía a Pepe fue instalada en el vehículo funerario, en el segundo subterráneo de la clínica, frío y oscuro, desde donde partió a La Serena”.

Un tipo talentoso

López resalta que Pepe fue un tipo de un “talento multifacético: escribía y editaba noticias y reportajes muy bien; dibujaba retratos y caricaturas muy bien; pintaba grandes y pequeños cuadros al óleo muy bien; escribía novelas del género negro muy bien y que eran muy bien criticadas; produjo extraordinarias historias ilustradas al estilo cómics, también muy bien; jugaba al fútbol y lo hacía muy bien; fue un anónimo luchador contra la dictadura y lo hizo bien; prestó servicios escritos y como caricaturista en varios medios, especialmente de izquierda y, ya saben, lo hizo bien”.

Por último, hace la siguiente reflexión:  “Dicho de otro modo, todo lo que hizo Pepe, siempre lo hizo bien. Y con un agregado muy singular: sin estridencia, sin afanes egóticos, sin aspavientos, sin ponerse en primera fila ni pegándole codazos a alguien. Muy por el contrario. Siempre modesto, sencillo, gentil, reservado, anónimo, clandestino cuando fue necesario, silencioso, aunque también siempre sonriente y con mirada vivaz e inquisitiva”.

Como todos los que han luchado por un mundo mejor, Pepe no será olvidado. Sus restos serán sepultados en su tierra natal, La Serena.