En ceremonia privada -en tiempos de pandemia- su familia más cercana despide a Luis Arnéz Montiel. Desde el Consejo Metropolitano del Colegio de Periodistas, sus amigos, colegas y compañeros le  tributan un reconocimiento a su familia y honran la vida de quién fuera un gran dirigente social. 

Vivir en solidaridad

José Luis Córdova. «Página 19»

A fines de la década de los 60, los periodistas que debíamos viajar a Valparaíso por razones laborales teníamos dos referentes para el reporteo gráfico: Oscar «Magnesio» Arriagada, un fornido fotógrafo que había perdido un par de dedos de su mano con el uso y abuso de líquidos para revelar fotos y el joven Luis Arnéz Montiel, que hacía sus primeras armas como repotero en el diario La Unión del puerto.

Este último nos cautivaba con su labia, historias increíbles que relataba con seguridad y convicción. Asimismo, las autoridades de entonces y también las instituciones, abrían sus corazones y puertas a este reportero gráfico incansable hasta la porfía para conseguir cualquier cosa que fuera menester para un buen trabajo de investigación peridística.

Con los años, Lucho fue perfeccionando sus habilidades en la gestión con los gobiernos de turno, pese a que ya militaba en el Partido Comunista, pero tenía amigos y contactos en todos los sectores políticos del PDC, el MIR y también personeros de la derecha y de la iglesia católica. Que se sepa,nunca con representantes de las fuerzas armadas ni de las policías.

Durante el gobierno del Presidente Salvador Allende, tras participar activamente en sus campañas de 1964 y la victoria de 1970, Arnés se incorporó al equipio de prensa de la Corporación de la Reforma Agraria que encabezaba el ingeniero David Baytelman Goldenberg con quien recorrió el país, fue testigo del fin del latifundio y del surgimiento de asentamientos y cooperativas campesinas a lo largo y ancho de Chile que le estaba cambiando la cara y desarrollando la economía de norte a sur.

Tras el golpe de estado, fue exonerado y comenzó una larga batalla por la justicia y la dignidad de los trabajadores, así como en defensa de los derechos humanos, denunciando con su lente y actitud los crímenes de lesa humanidad, a los aparatos represivos de la dictadura, el terrorismo de estado, la desaparición de detenidos políticos, los ejecutados, torturados, presos, exiliados y, especialmente, a los exonerados del régimen.

Golpeó incesantemente todas las puertas, los sucesivos gobiernos de la Concertación escucharon sus justas demandas, logrando algunos pesos en favor de sus colegas, «en la medida de los posiblo», como asegurara el presidente Patricio Aylwin.

Pero Arnéz no se contuvo y se incoporó con energía y entereza en los 90 a la tarea de reconstruir el Círculo de Periodistas de Santiago, donde fue destacado dirigente durante numerosos períodos, encabezxando infaltablemente la Comisión de Solidaridad. En esa tarea visitó y atendió a periodistas en críticacondiciones de vida, consiguiéndoles hogares, sillas de ruedas, camas clínicas, cupos en hospitales y lo que fuera menestar para su salud. Asimismo, todos los años lograba llevar hasta el vetusto edificio de Amunátegui 31 las vacunas contra la influenza, exámenes de densimetría ósea, prostáticos y otros a sus colegas de edad avanzada.

También fue miembro y consejero metropolitano del Colegio de Periodistas y gracias a su pluralismo, tolerancia y rechazo al sectarismo, colaboraba indistintamente con el diario El Siglo del PC y también con la revista Punto Final del MIR.

Aunque ya superaba los 90 años, seguía batallando por las pensiones miserables, fue protagonista en los inicio del movimiento «No + AFP» y no faltaba a marcha, mitin o actividad que se realizara con estos objetivos.

Afortunadamente tuvo tiempo para trazar también algunos párrafos de su historia, contenidos en el libro «Revelando recuerdos, memorias de un reportero gráfico», un esfuerzo personal digno de admiración por su contenido, el mensaje de vivir la solidaridad, que asoma en cada página. Un ejemplo de vida, compromiso y entrega que selló la lluviosa madrugada del miércoles 24 de junio, en sueño, junto a su esposa Gladys y con el amor de sus hijos, nietos y bisnietos, en su casa de Maipú, otrora lugar de encuentro cotidiano de amigos, vecinos y compañeros que no lo olvidarán.


Adiós a Luis Arnéz Montiel

Oriana Zorrilla. «El Siglo»

Hoy -24 de junio- a la 7:50 llegó un llamado desde el teléfono de Luis Arnéz, intuí que lo habíamos perdido. Nuevamente ese sentimiento de impotencia ante la imposibilidad de salir al encuentro de Gladys, su compañera y esposa de toda la vida. Nuevamente, un amigo, alguien importante en nuestra vida irá sin compañía, sin cantos ni banderas al encuentro de su residencia final.

Seis, siete u ocho discursos habrían marcado este rito de despedida para describir las huellas indelebles que deja en varias generaciones de periodistas, trabajadores, familiares de detenidos desaparecidos, organizaciones sindicales y de derechos humanos.

Recordaríamos su generosidad sin límites, sus cumpleaños, sus invitaciones a Loncura, sus fotografías de todos y cada uno de los actos grandes o pequeños que cruzan la historia de nuestro país.

Para las distintas generaciones de periodistas Luis Arnéz Montiel siempre fue “el viejo o el pelao Arnéz” aunque -para ser realistas- su aspecto no varió por décadas. Su boina y su cámara colgada al cuello eran reconocidas desde todos los tiempos en actos, reuniones, almuerzos, desfiles y ceremonias convocadas por el Colegio o por el Círculo de Periodistas, los jubilados o los deportivos. En los últimos años, se ayudaba con un bastón, y alegaba porque su visión se iba acortando. No obstante, hasta poco antes de encerrarnos y caer en cuarentena, el reportero gráfico, el compañero, el amigo, nunca dejó de estar en las actividades citadas. Con más y mejor entusiasmo que los más jóvenes. Él siempre estaba con y para su gremio.

A muchos de los que hoy les duele su partida, somos de una generación distinta, nacimos cuando él ya tenía años en el oficio y trabajando por preservar la organización de los periodistas. Se le describe como uno de los más antiguos y queridos “reporteros gráficos”.

Se formó en esa escuela imprescindible del trabajo, cuando aún las universidades no preparaban a los profesionales de la prensa. La experiencia de partir como aprendiz, estar presente a toda hora y actividad que significara darle forma a la edición de los diarios con las mejores noticias, formó a un profesional sólido, solidario, de principios, y cuyo quehacer siempre ha estado al servicio de los demás.

Vivió con intensidad los períodos presidenciales de Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri y Frei Montalva, desde la trinchera de la izquierda trabajando y colaborando con las candidaturas presidenciales de Salvador Allende hasta que se conquistó el Gobierno Popular.

Sin embargo, fue después del Golpe de Estado que se incorporó de lleno a ser dirigente del Colegio y del Círculo de Periodistas. No existe iniciativa solidaria, campaña en favor de los presos políticos, de los exonerados en la que Luis Arnéz no haya jugado un papel relevante. Él supo de cerca los atentados que la dictadura  infringió a los periodistas y a sus familias.

Al revisar su libro “Revelando Historias” publicado hace poco, podemos asistir casi en primera persona a un registro histórico de los últimos cincuenta años de nuestro país. Historias sabrosas, entretenidas, de dolor, de lucha y de esperanzas.

Su lado más lúdico e increíble fue su participación como actor de teatro junto a los añosos, ágiles, divertidos y vitales periodistas del Grupo de Teatro del Círculo. Asumieron su rol como verdaderos profesionales. Sus obras llenas de contenido y humor fueron una iniciativa que a muchos nos dio una lección de vida.

El testimonio de quienes lo conocen da cuenta que el “Pelao” o el viejo Arnéz -como lo llamamos sus amigos- es un hombre bueno que ha hecho de su vida un acto de solidaridad porque ha sido capaz, durante muchos años, de compartir no solo recursos materiales, sino de ofrecer con ternura lo mejor de sí mismo a los viejos, a los enfermos, a los niños disfrazado de viejo pascuero, y a todos quienes recibieron de él un gesto amistosos, y que hoy lo tendrán en su recuerdo y lo despedirán a la distancia con mucho afecto.

Tu solidaridad y tus fotografías hoy se funden en el infinito, querido “Pelao” Arnez.



Federico Gana

Ninguna palabra aquí estampada bastará, querido Lucho Arnéz, para fotografiar tu alma. Ni para mantener bajo siete llaves el ejemplo de tu vida. Ninguna frase de despedida servirá para grabar en un instante tu presencia entre los que seguimos acá, desde hoy junto a tu ausencia.

Ya no llegarás como todos los días con tus ansias de colaboración, tus iniciativas para que sigamos creciendo, tus ideas repletas de amistad, cariño y aquella consecuencia múltiple de pasar la vida como un gran compañero.

¡Grandísimo ejemplo!

Sencillamente, siempre que se va un amigo, un buen amigo y colega, el vacío infinito comienza a rondar y a luchar contra el olvido. En tu caso, sin embargo, las enseñanzas de profunda solidaridad a toda prueba que sembraste día a día durante mucho más de medio siglo, desde ahora comienzan a rendir su efecto. Seguiremos el exquisito ejemplo de amor por tus colegas, se acrecentará tu memoria, superaremos el momento atónito de tu partida y seguiremos adelante.

Y nada será igual, Luis Arnez.

Gracias por tu dignidad manifestada al despedirte con la tranquilidad de tu espíritu en una noche de esperada lluvia urgente. Gracias por partir honrosamente al final de tu larguísima existencia de prácticamente un siglo, tan bien vivido y abrazado. Y no secuestrado para siempre por la sombra pérfida de la pandemia. Sólo pudo contigo tu propia prolongada existencia, porque hacer el bien toda la vida también cansa. Vigilaremos tu memoria. Somos los guardallaves de tu recuerdo. 


Lucía Sepúlveda

Mi adiós emocionado para Lucho Arnez, gran compañero, trabajador, generoso, solidario. Me acompañó muchas veces en entrevistas para Punto Final, revista a la que entregó también su cámara y sus afectos. Todo mi cariño a su familia y mi solidaridad también al Colegio y al Círculo porque él tuvo siempre un enorme sentido de compromiso con el gremio y con cada uno de sus colegas.

Lo llevaremos siempre dentro de nuestros corazones. 

Estaba siempre pendiente de las necesidades de cada uno de nosotras y nosotros, luchó por los derechos de los exonerados políticos, fue un allendista a toda prueba y un comunista no sectario y volcado a la memoria, entendiéndola como un territorio en disputa.

Su trabajo fotográfico, de rescate de la historia de nuestro pueblo en sus distintas facetas sociales y políticas, es un legado que permanecerá para las actuales y futuras generaciones.


Sonia Palestro 

Un adiós impensado y por eso más doloroso. Un viejo amigo y colega cercano y solidario. Siempre presente en todas. La lucha gremial siempre fue parte de su vida. Te extrañaremos con cariño querido Lucho. A su familia mi pesar por su partida.

Walter Krohne

Luis Arnez Montiel no solo fue un brillante reportero en la prensa en Chile, sino también un gran dirigente en las entidades sociales y gremiales de los periodistas chilenos, pero sobre todo un tremendo gran amigo y humanamente un siete.

Era así, porque era oriundo de Valparaíso y la gente del puerto es buena de adentro y muy amistosa. No había otra explicación. Recién conversaba con un colega muy querido de Valparaíso, Adrián González Fernández, quien destacaba la calidad humana de Luis y que su deceso significaba una gran pérdida para nuestro gremio periodístico. Era amigo también de Raúl Cuevas, otro tremendo amigo porteño. Cuantos kilómetros caminamos en los años sesenta y ochenta  buscando noticias y aclarando cosas extrañas de la política y de las finanzas (igual que ahora). Como pasa la vida rápidamente. Bueno, estamos en la fila. Un gran abrazo para sus familiares y mi más sentido de pésame.


Rodrigo Cerda Iturriaga

Palabras de emoción, pena y fuerza por la partida del gran fotógrafo y periodista don Luis Enrique Arnez Montiel, cuyas fotografías muestran la historia de nuestro pueblo.

Marcia Scantlebury

Una pena grande! Era una de las personas más dulce y solidaria que conozco.


Daniel Ortiz

Buen viaje, hermano de sueños.

Que los Astros Siderales te reciban con generosidad, la misma que tú nos prodigaste cuando hollabas por nuestra Madre Tierra.

Y repito una frase que siempre hace mucha fuerza:

«Los hombres mueren sólo cuando se les olvida».


Rubén Torres

¡La palabra pena se nos ha gastado de tanto despedir buenas personas!


Fanny Gómez

Mi amigo, ¡Que tristeza!


Olivia Mora

Una profunda pena por el fallecimiento de Lucho Arnez. Y más pena aún, no poder despedirlo como se merecía por lo mucho que hizo por el Círculo y el Colegio de Periodistas.

Desde nuestras casas te despedimos con amor. Me sumo al dolor del gremio.


Juanita Rojas

Ay, esa noticia me dolió el alma, que descanses querido e inolvidable Lucho. Un abrazote donde sea que hayas partido.


Nancy Arancibia

¡¡¡Ohhh qué pena más grande!! No lo conocí en la intimidad, pero su presencia y cariño permanente, siempre me conmovió y agradecí. Esa forma me hizo comprender que era su aporte imprescindible.

Lamento no poder despedirlo, pero de verdad que lo siento en mi corazón y me emociona su recuerdo.


Audénico Barría

Luis Arnez fue un gran colaborador del gremio. Siempre vino a Valparaíso donde se inició como reportero gráfico. Guardaba verdaderos tesoros fotográficos que compartía sin egoísmos. Su partida es una gran pérdida. Qué lástima que no podamos despedirlo como se merecía.


Alma Barahona

Qué pena más grande. Muy cariñoso en los tiempos que se necesitaba, gran hombre sencillo, militante nunca sintiéndose mejor que los demás, solidario y tantas cosas más.  Gran gran pérdida.


Humberto Ahumada

Mi sincero pesar por la partida de Lucho con quien compartimos tantos años en tareas directivas. Luchador incansable, ejemplo de entrega. Lástima no poder despedirle como se merecía.


Patricia Varela

Un gran y destacado dirigente. Gracias Oriana Zorrilla por informar y permitir homenajear en este canal.


María Inés Valencia

Qué tristeza, ha partido otro buen hombre, buen amigo, buen compañero, apañado en mis tiempos de Fortín y mi trabajo en el Colegio de Periodistas, mis condolencias a su familia.


Mónica Rodríguez

Qué lamentable la muerte de Luis Arnez. Mis condolencias a Gladys, su fiel compañera y a sus hijos. Su partida es una enorme pérdida para el Colegio y el Círculo de Periodistas, por su incansable labor gremial. ¡¡¡Que descanse en Paz!!!

Rodrigo Miranda

Un abrazo a la familia de Luchito. Lo vi la última vez el 12 de febrero en el Día de la Prensa, con el ánimo y cariño de siempre. ¡Un gran abrazo a la familia y a quienes compartieron con él en el Colegio durante tantos años.


María Teresa Maluenda

¡Para quienes fuimos amigos de Luchito Arnés y que no pudimos despedirlo en su funeral, tenemos que juntarnos en su recuerdo cuando pase esta maldita pandemia!

Juan Pablo Egaña Baraona, Rubén Andino, Silvia Yermani, Julio Germán Salviat, Juan Pablo Cárdenas, Vivian Barry, Cristián Seymur, María Eugenia Camus, Galy Chávez, Nelly Carrasco, Ximena Ortuzar, Ana María Miranda, Félix Madariaga, Varinia Claro, Edmond Aparicio, Mario Antonio Guzmán.